"Andaluz no votes; este no es tu referéndum". Así fue el vergonzoso lema que
UCD, apoyado por
AP, defendió en la campaña del referendum andaluz del año 1981 que establecía la autonomía por el art. 151 de la Constitución. Promovieron la abstención en el referendum autonómico.
A pesar de todo, el resultado fue favorable a que Andalucía se constituyera en autonomía de la misma manera que Cataluña, Pais Vasco y Galicia, y la consecuencia de este terrible error de la derecha española de UCD y AP fue que quedara apartada del poder durante los últimos veinticinco años. Desde entonces el partido socialista ha ganado por mayoría todas las elecciones en Andalucía y el PP se ha quedado relegado a ser un convidado de piedra en el Parlamento andaluz.
El próximo domingo 18 de febrero, se vota en referendum el nuevo Estatuto de Andalucía que aumenta las competencias autonómicas, que favorece el desarrollo y garantiza mayores derechos al pueblo andaluz. El
Partido Popular (compuesto por la antigua UCD y AP) se ha opuesto nuevamente al progreso de Andalucía criticando la redacción del Estatuto llevada a cabo por miembros del PSOE e IU, lo atacaron por anticonstitucional, diciendo que era una copia del catalán, que andalucía no era una "realidad nacional" como se dice en el preámbulo y alegaron mil argumentos en contra de la identidad del pueblo andaluz amenazando con llevarlo a los tribunales como han hecho con el estatuto catalán.
El nacionalismo español tarda en enterarse de las cosas, aún no se ha dado cuenta que en Andalucía no existen los nacionalismos políticos. Lo que caracteriza la identidad del pueblo andaluz es su filosofía ante el mundo, su forma de ver la vida, su arte, su literatura... y estas cualidades no necesitan ser contrastadas frente a nadie, ni contra nadie. En el nuevo Estatuto no se trata de abrir la vía a ningún tipo de separatismo sino de dar un marco legal imprescindible para el desarrollo, igual a cualquier otra autonomía española sea de las llamadas históricas o no.
Si el PP hubiera seguido empeñado en rechazar el nuevo Estatuto andaluz, probablemente a partir de este domingo habría quedado al margen del gobierno de la Comunidad por otros veinticinco años más, como cuando se opusieron en 1981 a la autonomía del art. 151.
Javier Arenas, político oportunista y arribista donde los haya, se dio cuenta de esta circunstancia histórica y ¡oh sorpresa! de pronto cambió de opinión y decidió apoyar la aprobación del nuevo Estatuto y promover el
SI en el referendum del domingo. Actitud que sería digna de alabar si no fuera una ingenua jugada para acercarse al poder que perdieron en 1981 oponiéndose a los intereses del pueblo andaluz. Justifican su cambio de postura en que el partido socialista ha accedido a modificar muchos de sus artículos a iniciativa del PP, pero las modificaciones realizadas no alteran en absoluto el Estatuto, la mayoría consisten en cambiar un sinónimo por otro, a veces sólo son cambios de puntuación, donde un punto reemplaza a una coma.

Pero esta actitud oportunista de la derechona no nos debe extrañar. A nivel nacional tuvimos un ejemplo claro de su cinismo en la propia Constitución. Cuando se aprobó la Constitución, Aznar escribía artículos en el diario
La Nueva Rioja en contra de ella donde decía cosas como ésta refiriéndose a las autonomías:
"En lugar de concebir un plan serio y responsable de organización territorial de España, se ha montado una charlotada intolerable que ofende el buen sentido". o aprobaba que
"En determinadas ocasiones, la abstención puede estar justificada. Incluso darse el caso de una abstención beligerante como en el pasado referéndum constitucional.". Y su maestro, el franquista Fraga Iribarne, se negaría a firmar el Título VIII referente a las autonomías. Sin embargo cuando Aznar llegó a presidente se convirtió en su más fanático defensor. Aún hoy Rajoy se llena la boca oponiéndose a la actualización de la Constitución, como si fuera la Biblia, cuando como sabemos perfectamente, la derecha encabezada por Aznar, fue contraria a su promulgación. En la misma línea antidemocrática de Aznar estaban otros personajillos como Pio Moa, por ejemplo, que escribían cosas parecidas.
Una de las características más lamentables de la tenebrosa derechona nacional es su capacidad de cinismo. Jugar a dos cartas es su especialidad. Este domingo el escenario está en Andalucía: defienden oficialmente el
SI pero en realidad promueven la abstención porque para ellos Andalucía no es una "realidad nacional", ni tiene identidad propia, ni necesita un Estatuto que garantice los derechos de sus ciudadanos.
La ciudadanía, una vez más, se ha dado cuenta de la jugada. Es muy probable que el Estatuto salga aprobado el domingo por abrumadora mayoría gracias a la izquierda, porque los votantes del PP se abstendrán como lo pregonan sus representantes por la radio y la prensa, y el PP no habrá logrado ganar ni un sólo voto a pesar de las hipócritas maniobras electoralistas de Javier Arenas.