La Reina y carta abierta para César Vidal

Malestar en el colectivo homosexual por las palabras de la Reina
"Puedo comprender, aceptar y respetar que haya personas con otra tendencia sexual, pero ¿que se sientan orgullosos por ser gays? ¿Que se suban a una carroza y salgan en manifestaciones? Si todos los que no somos gays saliéramos en manifestación... colapsaríamos el tráfico. Si esas personas quieren vivir juntas, vestirse de novios y casarse, pueden estar en su derecho, o no, según las leyes de su país: pero que a eso no lo llamen matrimonio, porque no lo es. Hay muchos nombres posibles: contrato social, contrato de unión", manifiesta la Reina en el libro.
A mí ni me va ni me viene, pero creo que Antonio Poveda se equivoca: en primer lugar, no es la Casa Real quien habla, sino la Reina como individua, que tiene todo el derecho a hacerlo; y en segundo lugar en ningún momento la Reina ha ofendido al colectivo homosexual; ella simplemente ha dado su opinión sobre este tema y lo que piensa al respecto. Se la debe respetar.
Hay que tener en cuenta que la Reina es una señora de derechas, del Opus y de setenta años, que piensa de esta manera y punto. Y sobre todo ella respeta las leyes que se dictan sobre los matrimonios y respeta el día del orgullo gay, aunque no esté de acuerdo con ello. No ha despreciado en ningún momento a nadie, al contrario que hacen los libberales.
A mí su posición me parece impecable y en ningún momento voy a dejar de sentir el respeto y el cariño que tengo por la monarquía Española.
Todo lo contrario que ha dicho esta noche César Vidal en la Cope (el faro de los libberales, la radio libre a la que se le entiende todo): Él si ha faltado el respeto e insultado al colectivo gay. Sus comentarios sobre el asunto eran malvados, groseros, canallas, denigrantes e insultantes. Se ha pasado seis o siete minutos soltando 'ocurrencias y desprecios varios' que sobrepasaban la línea que separa el sarcasmo del insulto más grosero.
Es curioso pero otra vez hemos podido comprobar el afán que tienen los libberales Españoles en imponer a los demás lo que está bien y lo que está mal, lo que es bonito o es feo, lo que tenemos o no tenemos que hacer.
César Vidal también ha repetido una y otra vez eso de que por qué los gays celebran el día del orgullo. Muy sarcástico él y con una desmedida superioridad moral, afirmaba que si los heterosexuales, la gente normal, celebraran un día del orgullo paralizarian todo el país, no sólo Madrid, como si esto tratara de a ver quien reune más gente.
¿Y por qué no lo celebran don César Vidal? Vivimos en un país libre donde usted nos puede convocar si le da la real gana a todos los heterosexuales de España a un día del orgullo. Pero no se meta usted con el día del orgullo gay afirmando que usted llenaría más calles.
Comparemos el día del orgullo Gay con la Semana Santa ¿qué prefiere don César Vidal?:




A los beatos libberales también les gusta sacar sus carrozas en su semana grande: